como a veces pasa,
cuando el camino paresca cuesta arriba,
cuando tus recuerdos mengüen
y tus deudas suban;
cuando al querer sonreir,
debas ahogar las lágrimas,
cuando tus preocupaciones,
te tengan agobiado,
descansa si te urge, pero no te rindas.
La vida es rara con sus idas y venidas,
donde las contradicciones son el pan de cada día,
y si el fracaso entonces llama a tu puerta
y te invita a mirar hacia atrás,
no le des la entrada, lucha,
mira hacia delante, no te rindas.
El triunfo puede estar
a la vuelta de la esquina.
El triunfo es el fracaso al revés;
es el matiz plateado de ser nube incierta
que no deja ver su cercanía…
aunque lo tengas ya al alcance de la mano.
Por eso, ¡decidete a luchar sin tregua
porque, en verdad, cuando todo empeora,
el que es valiente, no se rinde, LUCHA!
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