El problema a resolver es el siguiente: hay que poner un grifo en la cocina, otro en la terraza y otro en el servicio; y un interruptor en el pasillo, otro en la cocina y otro en la sala de estar.
Se nos daban como ideas orientativas para aplicar: los ojos, la boca y el esfínter
Hemos hecho un análisis funcional. El grifo permite la entrada y salida del agua; al igual que el interruptor permite (o interrumpe) el paso de la corriente eléctrica.
El ojo permite la entrada de luz cuando está abierto, si está cerrado no deja pasar la luz.
Esto es algo que podemos aplicar a los interruptores. Algunos compañeros hemos tenido el siguiente planteamiento: un interruptor con forma de ojo que al abrirlo haga que se encienda la luz y al cerrarlo haga que la luz se apague.
El esfínter permite controlar la salida del líquido, pero una vez que el liquido empieza a salir, es dificil de parar.
Los primeros grifos están relacionados con este procedimiento de los esfínteres, es decir, que al pulsar un botón sale agua y llega un momento que el agua deja de salir (y si se necesita más agua hay que volver a pulsar el botón), pero no se puede parar esta salida de agua una vez iniciado el proceso; los últimos grifos que han salido tienen más que ver con los ojos, ya que tienen sensores ópticos, que al notar la presencia se activan.
Estos últimos grifos permiten un mayor ahorro de agua, porque sólo se utiliza el agua que se necesita: cuando pones las manos bajo el grifo sale agua, y según las quitas el agua para de salir. El procedimiento esfínter supone más gasto de agua, porque una vez que has pulsado el botón tienes que esperar a que salga toda el agua. Aunque quieras parar la salida del agua (porque ya no vayas a necesitar más) el agua seguirá saliendo hasta que pare (en este tipo de grifos funcionan por tiempo, los esfínteres por el líquido que se tenga dentro).
Otra cosa que podría hacerse sería invertir el uso del grifo y del interruptor, es decir, poner un grifo en el lugar del interruptor (y que al activarlo encienda o apague la luz) y un interruptor en el lugar del grifo (para que al encenderlo o apagarlo permita o impida el paso del agua).
También podemos fijarnos en el diseño. Por ejemplo, en la cocina (que es el lugar relacionado con el comer) podríamos poner un interruptor con forma de boca, que por ejemplo se active al pulsar la lengua; o un grifo con forma de boca, que parezca como que es la saliva que sale de la boca.
En la terraza (lugar relacionado con ver) podríamos poner un grifo con forma de ojo, y que la salida del agua fuera similar a las lágrimas que caen de los ojos.
Con el análisis funcional se consigue la solución al problema modificando cualquiera de los objetos e invirtiendo los modelos.
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